martes, 23 de febrero de 2016

6. ¿Historia real ó... una simple canción?



¿ HISTORIA REAL O… UNA SIMPLE CANCIÓN ?
                                                                   Mensaje #6
-Disfruta cada video. ¡Regresa enseguida a nuestro mensaje y que sea de bendición!

“Los ríos de Babilonia” ¡Esta canción trajo remembranzas!  Se me solicitó ampliar un poco más el mensaje bíblico-histórico y su relación con esta canción. ¡Y aquí está! ¡Viajemos por la historia y disfrutémosla!
            La canción se basa en los Salmos 137 y 19.    Expresa el lamento del pueblo judío en el exilio tras la conquista de Jerusalén por el Imperio de Babilonia en el año 586 a.C. Los ríos de Babilonia son el río Tigris y el río Éufrates y sus afluentes, entre ellos el río Quebar.

En la Biblia, el libro de Crónicas relata la historia de David, un joven de 30 años convertido en rey de las doce tribus de Israel.  David conquistó la fortaleza de SION, habitó en ella, construyó la ciudad a su alrededor y se propuso edificar un templo para Dios.  Pero Dios le dijo: “Tú no edificarás casa a mi nombre porque eres hombre de guerra y has derramado mucha sangre”. También le dijo Dios, que su hijo Salomón sería el próximo rey de Israel quien construiría su templo, cuyo reino sería establecido por muchos años y heredaría la buena tierra “si cumplía sus mandamientos”. 
¡Salomón ocupó el trono de Israel y edificó el Templo para Dios!, del cual queda en pie, sólo “El Muro de los lamentos”.
Luego de la muerte del rey Salomón; 10 de las 12 tribus de Israel fueron tomadas cautivas por los asirios del reino del norte de Macedonia.
El Profeta Jeremías anunció que estaba próxima la destrucción del reino de Judá porque el pueblo había abrazado la idolatría. Se refería a las dos tribus que habían quedado en Jerusalén.
“Se burlaron de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlándose de sus profetas, hasta que la ira del Señor se levantó otra vez contra su pueblo hasta que ya no hubo remedio”. Crónicas 36:14-16
¡Pronto se cumplió su profecía! Nabucodonosor heredó el imperio  Babilónico que había expandido su comercio y proyectos de construcción hasta el mar Mediterráneo. Sitió a Jerusalén; destruyó sus muros, torres y puertas. Y quemó el templo construido por Salomón, lo desvalijó y se llevó sus riquezas a Babilonia.  El pueblo fue tomado cautivo y sólo dejaron en la ciudad a los mendigos y a los lisiados.  El Profeta Jeremías describió sus agonizantes emociones, vivencias y llanto sobre Jerusalén y su pueblo, que vivió la cautividad de Babilonia como purgación de Dios, por su idolatría. 
     
Nabucodonosor asentó a los cautivos a lo largo del río Quebar. Y el pueblo lloró la pena de su infidelidad y de su desobediencia a Dios.   Está registrado cuán difícil fue para ellos, cuando sus opresores les pedían tocar sus arpas y entonar alabanzas para Dios, “estando en tierra extraña”.
Bajo el dominio Babilónico, el pueblo en cautividad cantaba a SION con tristeza y añoranza por su tierra: “la Ciudad de David”, “su Jerusalén”.

Dios disciplinó y cuidó a su pueblo. Quienes los tenían cautivos, les permitieron conservar y ordenar sus escritos y tradiciones orales. Su cultura e identidad se preservaron, y en Babilonia, mientras tres generaciones de judíos vivían en cautividad, nació el libro más leído del mundo, La Biblia.
En el año 539 AC, el rey Ciro de Persia capturó Babilonia. Permitió al profeta Jeremías reconstruir Jerusalén; y al pueblo en cautividad, volver a su tierra. Jeremías reiteró el mensaje de Dios a su pueblo: “Oíd Palabra de Dios, generaciones todas ¿Porqué seguís a otros dioses y ya no preguntáis dónde está el Señor que nos sacó de Egipto? Vosotros me habéis cambiado a mí, Vuestro Dios, por cosas muertas.  Os habéis olvidado de mí, torrente de Agua Viva, y os habéis excavado pozos agrietados en el desierto”.

            El pueblo judío, a pesar de estar dispersos por el mundo, preserva su identidad y tradiciones y esperan al mesías.  La Biblia dice: “Jesús vino a los suyos, y los suyos no lo recibieron”

El pueblo que desobedece los mandatos de su Señor ¿Entonará otra vez cánticos tristes como cantaron en Babilonia durante la cautividad?

A mis lectores: Agradecida desde el fondo de mi corazón de saber que disfrutas de estos mensajes que son un regalo de Dios para compartir. Un abrazo.
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