¡ NACIÓ EL REY !... ¡
ALELUYA !
MENSAJE # 22
-¡Disfruta
cada video! ¡Regresa al mensaje y que sea de bendición!
¡HA-LELU! =
¡Alaben! JAH = El nombre de Dios La palabra ¡Halelujah! ó ¡Aleluya! es un
imperativo, una orden que nos ha dado Dios: ¡Alaben el nombre de Dios! o
¡Alaben a Jehová!
La biblia dice
que los ángeles, arcángeles y querubines alaban día y noche. Que en las
regiones celestiales donde queremos pertenecer algún día, sólo se escuchan
voces que alaban a Dios.
La NASA,
cosmólogos y estudiosos de ondas de radio han declarado hallazgos perturbadores
de voces que se oyen en el espacio sideral cantando dulcemente e interpretan la
palabra ¡Aleluya!
¡No es fácil para el altivo y orgulloso ser
humano aceptar con humildad que somos una brizna en la inmensidad del universo!
¡Que nuestra sabiduría proviene de un ser sabio, poderoso! ¡Que un día
partiremos pues somos peregrinos y extranjeros, y como viajeros responsables
debemos preparar nuestro equipaje con tiempo! ¡Que no seamos escépticos, que
los científicos también se van en el viaje a lo eterno! ¡QUE EL NIÑO QUE NACIÓ
ES EMANUEL: DIOS CON NOSOTROS!... ¡Alabemos al REY!
¡Muchos dijeron
haber sido testigos de situaciones sobrenaturales que ocurrieron aquella noche!
Mateo escribió: “Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes,
vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de
los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y
venimos a adorarle.
Lucas escribió
de María que: “dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo
acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había
pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche
sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del
Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor… Y repentinamente apareció
con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios y
decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para
con los hombres!… Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los
pastores decían.”...
¡La noche que
tú naciste y la noche que yo nací fueron noches especiales para nuestras
familias! ¡Fuimos niños deseados y esperados, gracias a Dios! ¡Porque hay muchos
que no lo son! Pero,
… ¡La noche en
que nació el “Hijo del Altísimo”, el “Deseado de las naciones”, esa sí que fue
una noche “única” para el mundo! ¡No habrá otra noche igual! Al punto que aún
hoy se celebra. Y hasta los que no creen
en Jesús como el mesías anunciado, se ven envueltos obligadamente en esa
celebración, en la recordación de aquella noche en la que nació: “el REY de
reyes”. ¡Es cierto que: “su cuna real” fue un pesebre entre animales pero, es
el único nacimiento que celebra toda la humanidad! Única noche, en que una
estrella especial guió a los magos que buscaban al rey; única noche, en que
“multitud de ángeles” anunció un acontecimiento; en que a la tierra la rodeó el
resplandor de “la gloria de Dios”; única noche, que nos maravilla y nos produce
un temor reverente como a aquellos pastores… Los años pasan, se suceden las
navidades, pero en la tierra entera se sigue
esperando con regocijo, “esa noche”. Y se sigue hablando del REY más
grande y del AMOR más grande que se ha conocido en el mundo, y de… “aquella
noche santa”,
¡Toda la
creación cantó alabanzas por su venida! El Salmo150:6 nos sigue recordando que:
“Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya.” ¿Estás tú respirando? ¡También yo!,
gracias a Dios. ¡Alabemos entonces al Señor como lo hizo en su tiempo el rey
David, escritor de los Salmos, el dulce cantor de Israel! https://www.youtube.com/watch?v=hyez8pMJVYw
Y nosotros:
¿Qué haremos? ¡Si ya no hay estrella que seguir, ni multitud de ángeles que
alaben y adoren!... ¡Ah! Pero, “aquella
misma gloria de Dios se sigue derramando sobre el mundo”, porque “Él es el
mismo ayer, y hoy y por los siglos de los siglos”. Hebreo 13:8
Aquel niño
nació, creció, predicó al mundo que Él era el enviado del Padre, convirtió el
agua en vino, sanó a enfermos, resucitó a muertos, liberó a endemoniados, calmó
la tempestad, venció a la muerte… Quién
como tú Señor, entre los dioses. ¡Oh! ¡Ya me enamoré otra vez de mi Jesús!
¿Quién no querría ir en pos del Hacedor de Maravillas? ¡Alabémoslo, cada vez
que respiramos! ¡Celebremos su venida
diciéndole: ¡VEN JESÚS, VEN! ¡Sé mi NAVIDAD cada día!
¡Gracias por
tus buenos deseos de Feliz Navidad, recibe un abrazo y que Dios esté contigo!
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