11. ¡El limón!... ¿Qué culpa tiene el limón?

¡EL LIMÓN!... ¿QUÉ CULPA TIENE EL LIMÓN?

Mensaje #11

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            El limonero, árbol de hasta 15 pies de alto, produce su fruto: el limón, todo el año. El limón, maravilla que Dios nos regaló, es fuente de nutrientes, tiene propiedades antimicrobianas y antioxidantes, estimula el sistema inmunológico, alivia resfríos y dolores de garganta, controla la presión arterial alta, limpia el tracto urinario, elimina toxinas dañinas, mejora la digestión, estimula el hígado, combate el acné, neutraliza los ácidos que produce el cuerpo y elimina la acidez total incluyendo el ácido úrico, su cáscara sobre la frente alivia la migraña, elimina el mal aliento y el mal olor en las axilas. En tema de salud, hay más... y además, es quita manchas, desodoriza, aromatiza. ¡Y en la cocina y la repostería, es rey! Por su acidez y amargor, es una fruta especial para conservas y mermeladas. El zumo del limón en refrescos y dulces ¡wao! y su cáscara, rayada, es el toque de los merengues. ¿Ya ves? El limón, “tiene más propiedades que un político”… hablo de “propiedades curativas”. ¡Investiga sobre el limón, vale la pena!... ¡Hasta hay quien está pensando: Y ¿Porqué no fui yo, un limón? ¡Oh, serías una maravilla! https://www.youtube.com/watch?v=-Nnh6gIRHy4

            Quizás por haber crecido entre naranjales y limoneros, soy adicta al limón. Cada día, en ayuno, el jugo de un limón en un vaso de agua al tiempo y si caliente, mejor, recorre mi torrente sanguíneo dejando su poderoso efecto en mí. ¡Pero, hasta ahí! ¡No permito que el amargor del limón amargue mi vida, ni le robe la miel a mi carácter! ¡Un limón cada día, es vida y alegría!

            Conozco una persona a la que, el día de su boda, la que sería su suegra le dijo sonriendo “Te felicito, te estás llevando el limón de mi casa”. La verdad, “aquel esposito” amargó tanto su vida, que se dejaron. ¡Pero, el limón, por ácido o amargo ni tuvo ni tiene la culpa de la amargura de nadie! Entonces ¿Quién tiene la culpa? https://www.youtube.com/watch?v=8NXe6s6SdUk                                      ¡Ah, la culpa no es del limón! ¡La culpa es nuestra! Veamos ¿Qué es la amargura? Es un sentimiento profundo y duradero, quizá de los más profundos de la vida, por lo que es tan difícil de desarraigar. Es tristeza, frustración o resentimiento por una desilusión, menosprecio o “lo que consideramos una injusticia hecha en nuestra contra”.  La amargura daña relaciones personales, malogra el cariño entre familiares, compañeros y amigos, causa ceguera en el alma e impide ver las bendiciones de cada día.  ¡Por la amargura se hacen juicios errados y declaramos con nuestra boca, con poder, “lo que no deseamos” y aquello se vuelve realidad! ¡Pensamientos necios nos llenan la mente de oscuridad, y la amargura pone sus dudas en el corazón, se lleva nuestra paz y nos borra la sonrisa y la felicidad! https://www.youtube.com/watch?v=EY6icc-Mrpk

            Hechos 20:35 dice “Mas bienaventurado es dar que recibir”. Y de Génesis a Apocalipsis vemos la maravillosa generosidad de Dios. Él desea que sigamos su ejemplo… Yo puedo decir: “Soy hija de Dios” pero ¡los hijos se parecen a sus padres! ¿Y qué si yo NO me parezco a Dios? ¿Será ese mi padre? ¡Peligro, por allí hay quien desea fervientemente “adoptar” a todo “hijo raro de Dios”: es el mismísimo diablo, Serpiente Antigua, El Mentiroso, el Usurpador, el Engañador!  ¡Y de verdad que nos engaña! Nos pone la máscara que mostramos al mundo: “cara sonreída” mientras andamos preñados de amargura.  Te remito a mi mensaje #9: “¿Máscara? ¿Careta? ¿Antifaz?... ¿Quién eres? ¿Cómo soy?”?   https://www.youtube.com/watch?v=gJyxqEFV09I

Decimos: “pobrecito de mí, soy víctima” y hacemos juicios: “es que no me da”, “qué injusto-a es conmigo, no me lo merezco” Nada tiene tanto valor como para escupir nuestro veneno, sin miramientos, en exabruptos, ni a quien nos tiene cariño, ni a nadie ¿O eso, si es justicia? ¡Ooo! ¡Es irrespeto y desconsideración! https://www.youtube.com/watch?v=63wEFkABmcU

            La amargura está ligada al perdón. Primero debo perdonarme yo a mí y luego ¡Oye esto! Debo ¡Perdonar “todo” y disfrutar el “presente” que a veces desperdiciamos, y dura poco! 

El amargado se siente ofendido siempre, se victimiza, culpa a otros y piensa: “Es ella (o él) quien debe venir donde mí, a pedir perdón”. Y muy fácil aparece quien nos dice: “Estás en tu derecho, mira lo que te hizo”, y no quien tenga el valor de decirnos: “Amigo, estás amargado y eso es pecado contra Dios. Debes arrepentirte y cambiar”. Hay cosas que no has logrado porque perdiste el tiempo o no te propusiste a lograrlo.¡Sólo tú, con la ayuda de Dios, cambiarás tu mundo!   https://www.youtube.com/watch?v=jtJMlSNVkAc ¡ Jesús pagó el precio de tu dolor!

https://www.youtube.com/watch?v=HWyKi8TnB68   ¡Recibe un abrazo y mil bendiciones!