¡Amanecer con
Cristo en mi rancho!... Era mi domingo de Amor, música y versos. ¡El sol no se
dejaba ver aún entre las nubes! ¡Abrí mis ojos para encontrarme con un panorama
que siempre me enamora! Esta vez, tres palmeras, cuyos cocos fueron sembrados
juntos, y a medida que crecieron se fueron separando hasta formar un precioso
abanico, posaban frente a mí, elevando sus manos gigantescas hacia el cielo.
También elevé las mías para alabar con ellas, al Creador. Estaba en la casa de mi
hermano, cerca a la playa. El canto de los gallos, era esta vez, la serenata
mañanera de mi despertar. Pensé en las gallinas ponedoras que cacarean cada
mañana en el gallinero de “La granja Markelita”, como le llaman mis nietos a
nuestro patio de Betania”. ¡Me eché a reír pensando: “Ni la ciudad ni los
diplomas, lograron quitarnos a mi
hermano y a mí, el rastrojito de entre los pies”! ¡Seguimos criando gallos y
gallinas en medio de la capital y al lado de la playa! Vino a mi mente el tiempo
de niñez, en Boquete cuando mi despertador era entonces, además del canto de
los pájaros, la bulla de las aves de nuestro patio: gallos, gallinas, pollos,
patos, pavos y gansos escandalosos y peleones. Recordé cuando en algún momento, una suculenta
comida nos hacía llorar porque nos enterábamos que una de esas aves cantoras,
que amábamos, formaba parte del menú. ¡Qué bueno es Dios, nos permite cargar en
nuestra mente ese equipaje de dulces recuerdos, y los adhiere con el tiempo a
nuestra alma… como una marca indeleble,
como un tatuaje de amor!...
Hablando de
amor… te regalo hoy, “…día que hizo el Señor para que nos gocemos y nos
alegraremos en él”… los versos de mi inspiración que escribí para ti:
¡LLÁMAME EN TU SILENCIO!
¡Llámame en tu silencio… yo sé que he de
escucharte
en medio de la música y risa de los tiempos!
¡También en mi silencio, tú estás… y puedo
hablarte…!
¡Yo te presiento ausente, tu mirada en el
viento…
buscándome en tu alma, en tu ser, muy
adentro…!
¡Cuando nada te haga reír… aunque otros
rían…!
¡Llámame… he de oírte cuando llama tu alma!
¡Si al mirar tu silencio… el mundo no sabría
que a la ansiedad que llevas por dentro, nada
calma…!
¡Llámame en tu silencio… tu voz, yo escucharía…!
¡Allí dentro… en tu mente, la respuesta
esperada
yo sé
que llegaría! ¡Lo que quieres y extrañas
lo que nadie te dice… la palabra anhelada…
la confesión del alma… que te amo y me amas!
¡Aquellas frases mías que guarda tu recuerdo
y que no olvidas nunca…! ¡No, tú no
olvidarías!
¡Yo las grabé con fuego... del volcán de mi
cuerpo
cuando lava encendida por mis venas corría!
¡Sí! ¡Llámame en tus noches cuando crees que
yo duermo…!
¡Cuando tus ojos cierran tus pestañas de
sombras
y se aprieten tus labios porque sino… ¡me
nombras!…
¡Yo seré en tu desvelo… esa tierna caricia!
¡Ese sueño apacible, ese canto de alondras!
¡Lo tibio en tus frialdades… tu pedazo de
cielo…
¡Allí donde escribimos con las nubes…“te
quiero”
y nadie ha de borrarlo aunque te vayas
lejos…!
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