jueves, 19 de mayo de 2016

¡No importa de qué religión seamos... seamos uno!...



¡NO IMPORTA DE QUÉ RELIGIÓN SEAMOS… SEAMOS UNO!... 
¡Lee mi carta, por favor. Y si estás de acuerdo, dale un “like” y hasta compártela, si te parece…    
De “Markela a Marcos”… y a todo aquel que se interese… 
Yo, Markela, leí en el periódico La Prensa un artículo que me pareció muy interesante, porque su autor, Marcos A. Pareja, a quien felicito, a quien no conozco, contagió con su inquietud mi corazón, con un tema que debe inquietar a todos los que somos padres, y a quienes en algún momento hemos estado “entre el pizarrón y un grupo de estudiantes”: al educador, al maestro, al sembrador, al guía, al orientador  y al discípulo del Maestro de maestros. Su inquietud, es un tema trillado: Que debe incluirse en el “curriculum educativo”, el tema “religión”, para que nuestros jóvenes tengan los valores y ayuda para vencer en las luchas que enfrentan a diario en este mundo cuya modernidad es tan sumamente agresiva:


Panamá es un crisol de razas y –¿por qué no decirlo?– de religiones. País próspero y estable, pero sometido, como parte de este mundo ...
IMPRESA.PRENSA.COM
  

“¡Marcos: que llevas el nombre de uno de los discípulos de Jesús! ¡Sí, me parece “fabuloso” tu comentario! El tema religión es “explosivo”, es como decir “política”, o más bien "pólvora", para aquellos cuyo orgullo, ego, y falta de dependencia de Dios, le impiden ver con equidad, sencillez y humildad, el futuro de la humanidad; el precario y aterrador futuro materialista y seco de las futuras generaciones: nuestros amados hijos, nietos, bisnietos, tataranietos y chorros.
“El evangelio de Cristo no es religión, es poder de Dios para salvación (como está escrito en su Santa Palabra) Pero tristemente pareciera que, hay que enfrentar la muerte de un familiar muy querido o la sentencia de una enfermedad terminal para darnos cuenta de que somos tan frágiles que necesitamos creer, que sí hay quien puede "salvarnos" de todo: de angustia, de enfermedad, de pecado y de muerte. Que sí hay, quien nos puede ayudar a tener una vida feliz aquí en la tierra y continuarla después de la muerte física… ¡Y que ese es Jesús, Cristo, Jesucristo! Y poder abrazarnos sin diferencias de “pensamientos religiosos ni filosóficos” que nos mantienen en el “tirijala”, del “yo tengo la razón y la verdad” con que seguimos matando a Cristo. Que podamos abrazarnos, sólo con el abrazo de amor que sensibiliza y nos hace amar al Creador y a todo lo que Él ha creado: a su naturaleza y al prójimo.
Es necesario, que el “ser humano” se "humanice"... El político, porque resuelve "algunas cosas", se cree a veces, un dios; el médico, porque puede curar "algunas cosas", se cree a veces, un dios; el ingeniero y el arquitecto, porque puede diseñar y construir "algunas cosas", se cree a veces, un dios; el jardinero, el que cocina, el pintor, el carpintero, etc., igual. Y el maestro, que debiendo seguir los pasos del gran Maestro de los tiempos, Jesucristo, no ha sabido incluir “con sabiduría de Dios”, en ese “curriculum educativo”,  lo que nuestro estudiante espera, ávido y huérfano de "valores, sensibilidad y amor". Ese conocimiento de Dios que debe ser derramado sobre las mentes hambrientas de nuestros jóvenes... (Y mira que digo: "a veces", porque no son todos, gracias a Dios... Pasa igual que con los judíos: ¡Cristo era judío! Lo mataron los romanos apoyados por judíos, todos ellos cegados por la fama, el poder, y el “tú no”, “lo que yo digo es lo que vale”. Pero no fueron todos los judíos. Gracias a los judíos que sí creyeron y lo siguieron, tenemos aún la esperanza de su evangelio)…Hoy, ¡El problema, somos los adultos! ¡Tenemos que aceptar con humildad, con mucha humildad, que estamos mal; tenemos que limpiar nuestro corazón de: complejos, superioridades, mezquindades y envidias. ¡Llenar nuestro corazón de amor y de valores! Pues... ¡Nadie puede dar lo que NO TIENE! ¡Trabajemos en nosotros mismos! ¡Sembremos la buena semilla para que esta humanidad coseche los frutos buenos! ¡Para dejarle a “nuestra amada descendencia”, la herencia deseada!” 

Con mucho respeto y amor, Markela

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