Este domingo de
amor, música y versos, reconozco que a veces, tristemente, nuestro amor no es
apreciado, valorado, ni correspondido… Es que, ¡Quien no tiene amor, no puede entender
el amor y nadie puede dar lo que no tiene!
¡Pero “aleluya”, hay muchos corazones llenos de amor queriendo encontrar
a quien darles su amor! ¡No dejemos que alguien sin amor, que no puede
comprender nuestro amor, nos quite el gozo! ¡El gozo y el amor son el regalo
más grande y bello que Dios nos da en la vida! ¡Sacudamos la cabeza, como hacen
las palmeras al viento y miremos los arreboles que pintan el cielo del nuevo amanecer
de amor y gozo para nuestro corazón! De mi inspiración, con todo mi amor, para
ti:
¡DECIDÍ SER
PALMERA…!
¡Una tarde de
abril… cuando el sol se ponía
con dorado
arrebol…! ¡Tú… mi mente invadías…!
¡Y yo cerré mis
ojos como siempre lo hacía
cuando a mí, tu
recuerdo… sin anunciar venía…!
¡Allí estabas
de nuevo con tu dulce sonrisa…!
¡Llegó hasta mi
el recuerdo… Cuando las mandarinas
con su aroma a
azahares inundaban la brisa…
y yo oía tus
pasos… y corría a tu encuentro…!
¡Y como un
vuelo de ave… voló mi pensamiento
y recorrí
parajes que una vez fueron nuestros…!
¡Los lugares
que fueron por ti, mi paraíso…!
Y… ¿dónde quedó
todo?, me pregunté… ¿Qué se hizo
la ensoñación
primera? ¿Y “el beso del hechizo”
que movió mis
entrañas aquella primavera?...
¡La musa de los
tiempos me hirió… con esa espina
de ilusión y
promesas que ya no volverían…!
¡Y quise ser
entonces… como nube viajera
que se pierde
en el cielo… Quise ser golondrina…
con alas
extendidas en vuelo… y no pensar…!
¡No sentir cómo
duele… el sueño que termina…!
¡Ser ruiseñor…
calandria… un mirlo… un zorzal…
la oropéndola
alegre… cantando en un rosal…!
¡Quise… sólo
dejarte dormido en el recuerdo…
silente…
taciturno… callado… sin hablar…!
¡Allí… donde
han quedado las cosas que yo pierdo
porque son
hojas mustias que se llevó el invierno…
ya no están en
mi sueño… cuando quiero soñar…!
¿Y lágrimas?
¡No hubo! ¡Salió de mí un quebranto
muy parecido al
llanto… pero fue una canción!
¡Era la
despedida… yo creí amarte tanto…!
¡Con trino de
jilgueros y notas de gorrión
se fue
desvaneciendo dejando un desencanto…!
¡Fue larga
aquella noche… la que ahogó mi pasión…!
¡Pero la nueva
aurora… trajo fulgor y encanto!
Y radiante… mi
dueño… como el ardiente sol
con rosas en
sus manos… para que yo sonriera
trajo un abril
de ocasos pintados de arrebol…!
¡Ahora soy… al
viento… despeinada palmera
porque llevo
por siempre… cantando el corazón!
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