miércoles, 13 de julio de 2016

#51 ¡Amor y Color... El Arco iris! ¿Quién lo hizo, quién lo usa?

  ¡ AMOR Y COLOR... EL ARCO IRIS! ¿QUIÉN LO HIZO, QUIÉN LO USA? 
MENSAJE # 51
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¡Oh mis arco iris boqueteños! ¡Nunca, en ningún sitio del mundo donde Dios me ha permitido estar, he visto nada tan hermoso, creativo, artístico, romántico y alegre, como esos arcos iris!
Un arco de colores, cuyos bordes nacen y se ocultan en el suelo, en alguna montaña, en algún sitio recóndito, que nunca el hombre podrá ubicar, porque cuando uno se acerca, él es nada en el aire, color en el vacío, inspiración en la mente, paz en el alma. Es la Señal del Pacto entre Dios y Noé de que la tierra no sería destruida otra vez con un diluvio de aguas. Así lo declara Génesis “Pacto Divino”. Sí, el “acuerdo voluntario” escrito por Dios en el cielo con un simple y perfecto arco colorido que sólo Él pudo hacer. El arco iris es el “Convenio” que estableció “la autoridad que está sobre toda autoridad”, el Creador del Universo.
¡Esto es digno de repetirse: “Dios es la autoridad que está sobre toda autoridad; y sus decretos y mandamientos están, sobre todo decreto hecho por “cualquier autoridad terrenal”!... ¡Oye eso, autoridades de mi patria, oye eso!  ¡El que tiene oídos para oír que oiga, dice el Señor!
¡Sigamos hablando del precioso arco iris de las alturas, pues el amor de Dios es tan grande que nos muestra esa “señal a colores” en su cielo majestuoso!...
El hombre y la mujer, únicas dos criaturas hechas a imagen y semejanza del Dios Todopoderoso digno de ser alabado y temido, por su magnificencia, por su grandeza y su inigualable poder; ese varón y esa hembra, creación de las manos del Rey de reyes, están obligados a conocer lo que nuestro Dios desea y exige de nosotros. Deben conocer el rechazo total de Dios, a “todo aquello que no se sujeta a su mandato”. Dios es amor, pero es celoso de su gloria y declara “culpable” y “condena” a quien se haga “parte y partícipe de las maquinaciones destructoras” del príncipe de este siglo, conocido como “príncipe de las tinieblas”. “Ni Él ni sus seguidores temen ni respetan al Dios de los cielos”. Por eso es también: “el tentador”, porque tienta al mundo y tienta a “los que legislan las leyes de las naciones” sobre todo atacando a “la familia”, el núcleo de Dios. ¡De sus planes debemos cuidarnos, y cuidar a quienes amamos! Hablo de los planes de Satanás. ¡Se viste de “ángel de luz” y “a lo malo le llama bueno” y convence de esto, a los que están alejados de Dios  y a los débiles en la fe” usando sus bocas, talentos, sus posiciones en la sociedad y sus profesiones, para regar su semilla del mal. Ese tentador, promueve lo que a Dios no le agrada, haciendo ver, como hizo ver, la serpiente del Edén: “que no hay nada que temer”, que eso que promueve, “está bien visto a los ojos de un Dios que no hace acepción de personas”. ¡Cuidado! ¡Dios rechaza el pecado! ¡Ama al pecador, más rechaza el pecado, esperando el arrepentimiento y el cambio de quien anda mal, de quien está en “desacato” con Él, de quien, como Satanás, quiere ser Dios imponiendo cosas “dizque nuevas y dizque buenas”, haciendo juego de palabras y manipulando leyes en contra de lo que Dios ha establecido!...
¡Volvamos al arco iris!... ¡Cuidado! El arco iris no es algo que pueda tomarse a la ligera para representar “cualquier cosa” o a “cualquiera”. ¡Cuidado! ¡Dios es un Dios de Pactos! ¡Y Él, sí cumple sus pactos! ¡Debo mirar con mucho cuidado, qué uso le doy al “arco iris” de Dios; a esa señal del “Pacto Divino”, a “La disposición Soberana” del Hacedor de los cielos, la tierra, el mar, las fuentes de las aguas; de los relámpagos de fuego, de la tempestad que el hombre no puede calmar… y del “hombre y la mujer… del varón y su ayuda idónea, su mujer”, hechos a su imagen y semejanza y quien les ordenó multiplicarse, poblar y sojuzgar la tierra!
¡Cuidado, hablo del Dios que permite la enfermedad y da la sanidad; del que mandó las plagas al arrogante faraón de Egipto; hablo del Dios de Moisés que dividió el Mar Rojo; del dueño de los Tiempos, del que venció a la muerte, del único Arquitecto de las maravillas que nos llenan de admiración; del Deseado de las naciones que nos pone de rodillas cuando nos preguntamos con amor y respeto: “Quién no te temerá, Oh Señor”, porque tú has dicho que: “Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Señor”.  “Habiendo conocido al Dios de amor, al Dios de Pacto que me creó y te creó a ti… Declaro que: “Jesús es el Señor de Panamá”.

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