¡AMIG@: TE COMPARTO UNA “TRISTE ALEGRÍA” DE MI ALMA!
Hace 15 años, uno de mis
hijos trajo a nuestra casa, una gatita negro con blanco que rescató de las
llantas de los carros, en un parque cercano a nuestra casa, donde alguien la
dejó tirada a su suerte. La llamamos MIA y ella trajo un premio de 4 hijitos
que nos robaron el corazón. Los llamamos: Little Mía, Mío, Panterita y Tigre. ¡Preciosos cachorritos
juguetones, indiscutible alegría familiar! MÍO a quien también apodábamos “El
Poti” se nos enfermó hace cuatro meses. A pesar de la medicina y de nuestros
cuidados, hoy lo vimos partir.
Nuestro último mensaje habla
de ese sueño al que TODO ser viviente se enfrentará:
“¡He visto al que muere!
¡Atrapad@ en ese sueño del que nadie despierta! ¡L@ sacuden, le hablan, y lloran a su lado pidiéndole: “despierta” “no te
vayas”! ¡Pero se ha ido y ha seguido “dormido”!
¡La muerte apaga los ojos, cierra la puerta de la vida y trae la ceguera
final!...
“Mío” fue una preciosa criatura, pero hoy
cerró para siempre sus ojitos, en ese sueño del que no se despierta jamás. ¡Fue tan alegre y tan pero tan cariñoso! ¡Cuando
se acercaba, ronroneaba con su motorcito mostrándonos su amor! Al llegar
nuestro carro al garaje, allí estaba, esperando como un soldadito para escoltarnos
hasta la recámara. ¡Oh, Mío… fuiste mío y de cada uno de los que te conocieron,
te cuidaron y te amaron! Quien no tiene amor por un indefenso gatito no podrá
tenerlo por un niño, un anciano, un indigente o un enfermo; ni por el mundo que
Dios creó para nosotros. Y desconoce lo que ocurrió el sexto día de la creación:
“E hizo Dios animales de la tierra según su género…” Génesis 1:25 ¡Mío siempre
fue alegría en nuestra casa!
¡Gracias Dios bueno por todo
lo que has hecho, por todo lo que haces y por todo lo que harás!
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