¡SI NO TE COMPARTO ESTO… ME AHOGO!
Después de
haberte hablado de los besos del Cantar de los cantares del rey Salomón y luego
de mi poema “Besos”, el cual acababa de escribir, el domingo, me fui a mi
iglesia. ¡Como siempre Dios me tenía una sorpresa! ¿Has oído hablar de Nicky
Cruz? Era el jefe de las más temidas pandillas de Nueva York hasta que un día
en un tiroteo con la policía, fue a dar a la camilla de un cuarto de urgencia,
muerto. (Dios me había preparado con el tema de “besos” y ¿para qué?)... Allí
estaba Nicky Cruz, en vivo, esperando por mí para regalarme el testimonio de su
encuentro con el Señor, el cual sacó mis lágrimas) Dios, vestido de blanco,
llegó hasta la camilla donde él estaba muerto. Con sus dedos abrió su pecho y
con sus manos arrancó su corazón del pecho. Y en medio de la sangre que
chorreaba, Dios le daba “besos, besos, besos”… hasta que su corazón estuvo
limpio. Nicky vivió y dedica su vida al Señor contando al mundo la
transformación que Dios hizo en su corazón cuando lo limpió con sus besos y se
alojó en él…
“Oh Dios bueno,
limpia mi corazón con tus besos… y dame vida para compartirle al mundo la
transformación que tu amor también ha hecho en mi”.
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