viernes, 24 de junio de 2016

#49 ¡Águila, Jilguero o Colibrí! Y tú como ¿Cuál de ellos quisieras ser?

    
       ¡ ÁGUILA , JILGUERO O COLIBRÍ !  Y TÚ COMO ¿CUÁL DE ELLOS QUISIERAS SER?
MENSAJE # 49
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¡Ismael Miranda, “El niño Bonito de la Salsa”, como le llamaron en las Estrellas de Fania por ser el más joven del grupo, es el autor de “Cómo el Águila” donde canta: ¡Yo soy como el águila, que siempre mira de arriba...! ¡Todos queremos ser como el águila; fuerte y poderos@! ¡Nadie desea por nada del mundo, ser un pajarito! ¡Y así debe ser!... Si hablamos de ternura, delicadeza, jardines, teatro, música o poesía, puede ser entendible querer ser un jilguero cantor o un precioso, pequeño e indefenso colibrí. Pero, ¡Todos admiramos la fortaleza! ¡Entonces, hay que tratar de ser como el águila creada por Dios sólo para vencer y para remontarse a las alturas, enfrentar tormentas y tempestades, y salir de ellas con sus poderosas y largas alas, produciendo música en el viento, el cual corta a gran velocidad! El águila busca con su vista telescópica y capta desde las alturas, su alimento en la tierra. Y tú y yo ¿cómo nos elevaremos y en busca de qué? Mientras permanezcamos como parte de este paraíso que Dios ha creado, podemos vivir cantando como el jilguero o como el colibrí libando entre las flores, el néctar de la vida. Pero, ambos: el jilguero cantor y el veloz colibrí, viven sorteando el peligro de ser atrapados en el lazo del cazador o en la garra felina. Así, desde niñ@s estamos expuestos al mundo y a sus “mieles cautivadoras”, que nos capturan, encarcelan y aprisionan: como la red al pez; como las cadenas y trampas, al tigre y al león y como la jaula, al ave que vuela en libertad. ¿Existirá algún camino seguro que nos conduzca a la libertad, la paz y la felicidad? ¡Sí! ¡Levantemos la mirada como el águila levanta el vuelo! ¡Sorteemos la marea como hace el cardumen! ¡Pisemos con cautela cual ágil gacela para no caer en la dolorosa trampa del cazador! ¡Sí se puede evitar la enfermedad, la tristeza, la miseria, la angustia, la cárcel, el llanto, el insomnio y la desesperación! ¡Sí, existe un camino! ¡Muchos lo descubren y hasta lo evitan… otros entramos por él para el resto de la vida!
“Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”. (Juan 14:6)
¡Jesús es el camino, el único camino, no hay otro intermediario, no lo hay, lo dice su palabra! ¡Hablo de él y creo conocerlo pero él desea, no sólo ser conocido, desea “nuestra intimidad”. “Es el amigo” pero quiere ser el “amigo íntimo”, el compañerito de chilingui. Caminar conmigo noche y día, alumbrarme el sendero con su luz inapagable, darme las fuerzas que se me agotan, el agua que quita mi sed, el pan que me quita el hambre y abrigarme con manto de misericordia hasta que nos sentemos en el banquete, en la cena especial que tiene servida para mi, donde, en medio de la música de coros celestiales, me declarará su eterno y fiel amor; y me mostrará los regalos maravillosos de sus promesas de vida abundante… ¡Yo quiero esa cita! ¡Yo deseo esa cena, esa música, esas promesas, quiero ser la novia de esas bodas del cordero! ¡Yo deseo ese amor fiel y eterno! ¡No me entretengas ni me distraigas… no me hagas llegar tarde a la cita con mi amado! ¡He escrito versos con palabras muy lindas pero no hay verso más bello para mí, que aquel que puedo escribir repitiendo un nombre que es sobre todo nombre, un nombre hermoso: “Jesús”… “Jesús”… “Jesús”… ¿También tú lo andas buscando? ¡Gloria a Dios…ya somos dos!

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